jueves, 6 de mayo de 2010


diakonova 1

Eran tiempos de regordetas bellezas,
de diosas y ninfas y grandes proezas
tan deformadas en la suscitación presente
tan cercanas a tu belleza candente

Un día un poeta, o un pintor, poco importa
se le ocurrió pintar, escribir, tus ojos, tu historia
Una vez un genio, tropezó, se encandilo
del milagro de tu anticipación a otros tiempos

He encontrado un documento, un lienzo
creado por el maestro, de los maestros
He encontrado los vagos recuerdos
de tu cuerpo, de tu cielo, tan abajo,
tan como de una sonrisa de dios, un despojo,
del segundo divino de maestría creadora
el barro eterno, casi perfecto, casi inmortal

Ha sido dios, has sido tú, ha sido el poeta, ha sido el pintor?
A quien atribuyo ahora, la mentira
esta conjetura, tan bien, a mi mismo vendida
que yo mismo cree, que ahora y siempre creeré

En esos tiempos, del poeta griego: ninfa desnuda, deliciosa, en la selva
En los tiempos de nuestro señor Jesús: lloraste a los pies de la cruz
En los tiempos, brutos y necesarios del Medioevo: oculta permaneciste
En el renacimiento: el ave fénix, la sonrisa sutil sin cejas, famosa e inspiradora
Trepaste y en virgen te convirtieron, en maja, vestida, desnuda,
En pinceladas gruesas, decididas, te convertiste, también en manchas lo hiciste
Más tarde, como luz ansiosa de espejos, al maestro Dalí encontraste
Madonna, Galatea, galarina, leda, hija inmortal y mortal de leda, entre otras
Fuiste bajo una maestría inigualable, bajo el pincel indomable

Dime si acaso has de cortar a mano limpia
La profecía que mis versos reclaman
Te propongo mi reencarnada Gala
Que sea esta mentira la que te posea




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