jueves, 25 de agosto de 2011

Yo solo sentía y yo solo era
Un bebe.
Y me trataste como si yo fuera mi cuerpo
Y como si todos esos golpes
Los hubieran tenido que soportar mis 80 kilos.

Y con mi manitas
Hiciste un juego horrible
De carne virgen y tu perversa ingenuidad

Toque para que no olvides
Lo que yo nunca pude ni podre recordar
Y tú ni siquiera estabas
Ahí.

Tal vez no terminaste por maldad
O tal vez es un soplo de esperanza
A tu parecer
Un gesto digno de perdón
Un gesto reparador
Por eso me dejaste
Estos centímetros de vida y alma
Para que decida
Donde dejarlos pudrirse

Y haga algo de poesía

Y siga dos o tres pinturas más

Y el mundo sea más bello

Y en vez de “dejar de respirar”
Deje
mi arte.

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