Y con mi manitas
Hiciste un juego horrible
De carne virgen y tu perversa ingenuidad
Toque para que no olvides
Lo que yo nunca pude ni podre recordar
Y tú ni siquiera estabas
Ahí.
Tal vez no terminaste por maldad
O tal vez es un soplo de esperanza
A tu parecer
Un gesto digno de perdón
Un gesto reparador
Por eso me dejaste
Estos centímetros de vida y alma
Para que decida
Donde dejarlos pudrirse
Y haga algo de poesía
Y siga dos o tres pinturas más
Y el mundo sea más bello
Y en vez de “dejar de respirar”
Deje
mi arte.
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